Corrí Mi Primera Media Maratón… y Me Cambió Más de lo Que Imaginé
- Bernadeth Cordoba
- 26 nov
- 3 Min. de lectura
El domingo 23 de noviembre de 2025 marqué un antes y un después en mi vida: corrí mi primera media maratón en Panamá. Veintiún kilómetros que, sobre el papel, se ven intimidantes… pero que en el cuerpo, en la mente y en el corazón se sienten como un viaje completo hacia una versión más valiente de una misma.

Hace 5 meses me inscribí en esta media maratón por impulso. No sé qué me pasó por la mente. Tal vez ganas de hacer algo loco… o de probarme que todavía puedo sorprenderme a mí misma.
Y así, sin pensarlo demasiado, empecé un camino que terminó cambiándome más de lo que imaginaba.
La mañana de la carrera: donde empieza la magia
Me desperté con ese cosquilleo raro entre nervios y emoción. Revisé mis geles, mis medias, mis zapatillas, mi número. Tomé agua. Respiré. Y de repente, estaba allí: en la línea de salida, rodeada de cientos de personas que tenían sus propias historias, sus propias razones y sus propios miedos.

La salida no solo marcó el inicio de la carrera: marcó una promesa conmigo misma. Una promesa de no rendirme.
Los primeros kilómetros se sintieron ligeros, casi fáciles. La ciudad despertaba conmigo, las calles estaban frescas, y yo iba presente, agradecida y emocionada. Pero como toda historia real, la parte dura llegó…
Los kilómetros que ponen a prueba el alma
Hubo un momento —como le pasa a todos— donde el cuerpo empezó a cuestionarlo todo. Las piernas pesaban y la mente quería negociar.
Pero fue ahí donde pasó lo más bonito: me di cuenta de que ya no se trataba de correr rápido, se trataba de correr con corazón.
Me repetí: “has hecho cosas más difíciles que esto… sigue.” Y seguí.
Pensé en mi familia, en todo el entrenamiento, en todas las veces que salí a correr sin ganas, las veces que me frustré, las veces que quería abandonar, en cada día que elegí disciplina sobre comodidad. Todo eso estaba conmigo en ese momento.
El final que nunca se olvida
Cuando faltaban 3 km sentía que mi energía se iba apagando… pero en la misma medida se encendía algo dentro de mí. Escuché a la gente, vi la meta a lo lejos, y fue como si todo el cansancio se transformara en decisión.
Cruzar esa meta no fue solo “terminar una carrera”. Fue demostrarme que sí puedo. Fue honrar mi proceso. Fue cerrar un capítulo y abrir uno nuevo.
Paré mi reloj. Miré el tiempo. Y sonreí: 2:57. No fue perfecto, pero fue mío. Y eso lo hace inolvidable.
Lo que realmente me enseñó esta media maratón
No se trata de ser la más rápida, ni la más fuerte, ni la más “atleta”. Se trata de ser consistente. De confiar. De respetar el proceso. De descubrir que el cuerpo siempre puede un poquito más y la mente muchísimo más.
Correr mi primera media maratón me enseñó que:
lo que parece imposible hoy, mañana puede ser tu calentamiento;
la disciplina es más importante que la motivación;
no hay meta más poderosa que la que se corre desde el amor propio;
y que una mujer decidida es prácticamente indetenible.
¿Qué sigue ahora?
Ahora empieza un camino nuevo: mejorar, fortalecer, correr con más técnica, más energía y más confianza. Porque en noviembre de 2026 regresaré… y esta vez, voy por mi PR.
Pero por ahora, me quedo con esto: la mujer que cruzó esa meta no es la misma mujer que empezó a entrenar. Y sí, obvio lloré 🫶🏻
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